Limpieza facial: Inicia tu día con un limpiador suave para remover la suciedad y las impurezas. Si utilizas maquillaje, asegúrate de eliminarlo con agua micelar antes de usar el limpiador.

Tónico o Hidrolato,  equilibrante: Tras la limpieza, aplica un tónico para restaurar el pH de la piel y prepararla para los productos siguientes.

Sérum: Utiliza un sérum que se ajuste a tus necesidades (hidratante, antiedad, etc.). Los sérum contienen una alta concentración de ingredientes activos que se absorben profundamente en la piel.

Crema hidratante: Nutre tu piel con una crema que sea apropiada para tu tipo de piel. Durante el día, opta por una que incluya factor de protección solar.

Contorno de ojos: Aplica un producto específico para el contorno de ojos si deseas tratar áreas con ojeras o líneas de expresión.

Mascarilla (opcional): Una o dos veces a la semana, puedes aplicar una mascarilla adaptada a tus necesidades (nutritiva, purificante, exfoliante, etc.).

Masaje facial: Haz un masaje facial suave para estimular la circulación y relajar los músculos faciales.

Es importante personalizar la rutina de cuidado facial según tus necesidades y tipo de piel. No olvides también hidratarte adecuadamente y combinar los cuidados diarios con tratamientos específicos. ¡Tu piel te lo agradecerá! 

Si tienes alguna duda o requieres más información, no dudes en consultarnos. ¡Estoy aquí para asistirte!